Las piscinas públicas de Madrid podrán abrir este verano, según ha informado el Ayuntamiento, siempre y cuando el Ministerio de Sanidad dé su aprobación.
A medida que se acerca el verano y suben las temperaturas en Madrid, nos entra las ganas de pegarnos un buen chapuzón en la piscina, a falta de playa. Por eso, una de las grandes incógnitas de este verano madrileño era si íbamos a poder disfrutar de las piscinas municipales, cuando todavía estamos sufriendo las consecuencias del COVID-19. Los estudios científicos más recientes indican que la posibilidad de contagio en el agua es mínima, porque el cloro y la radiación solar actúan como agentes que obstaculizan enormemente la transmisión del virus, no obstante, el peligro recaería en el contacto social entre bañitas y al tocar superficies compartidas.
En este sentido, el Ayuntamiento de Madrid ha indicado que las piscinas públicas de la ciudad podrán abrir a partir del mes de julio, con la incorporación de unas medidas de seguridad muy importantes, siempre y cuando el Ministerio de Sanidad dé su autorización final. Las piscinas privadas, de comunidades de vecinos, tendrán la posibilidad de abrir un poco antes, en cuanto la Comunidad de Madrid entre en la Fase 2 de la desescalada, pero con una reducción de aforo al 30% de su capacidad, con cita previa y con medidas de higiene y desinfección frecuentes.
Aunque el Ayuntamiento todavía no ha publicado la totalidad de normas que se van a establecer para los bañistas de las piscinas públicas, la Asociación Española de Profesionales del Sector de las Piscinas (ASOFAP) ya ha elaborado una guía con las pautas sugeridas por el sector para la reapertura de las piscinas. En dicho protocolo se propone separar a los bañistas en carriles de nado para favorecer la distancia social y registrar la temperatura corporal antes de acceder al recinto. Las tumbonas o hamacas se inutilizarían o, si no fueran compartidas, se separarían al menos dos metros. El aforo podría reducirse hasta la mitad.
En cuanto a seguridad individual se contempla la recomendación de usar gafas dentro del agua y delimitar la zona de pies descalzos. Las duchas, más importantes que nunca, se deberían realizar en casa, y se debería repartir gel hidroalcohólico a los usuarios para el frecuente lavado de manos. Además, se plantea otras cuestiones como la extrema desinfección del agua y de las zonas comunes.