El coreógrafo Marcos Morau explora el ritual medieval de la danza de la muerte para abordar el fin de la existencia en la sociedad contemporánea. El espectáculo se presentará los días 9 y 10 de noviembre, en colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Diego Garrido, por su parte, debuta como director teatral con el estreno absoluto de su adaptación de la película Mass, del estadounidense Fran Kranz, una obra que reflexiona sobre el suicidio y la salud mental.
La nueva propuesta de la reconocida compañía catalana La Veronal, bajo la dirección de Marcos Morau, Totentanz-Morgen ist die Frage, será el estreno en España de este montaje. Por otro lado, el debut de Diego Garrido como director teatral con Violencia completará la programación de la 42ª edición del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, que tendrá lugar del 6 al 30 de noviembre. Además, la compañía japonesa Yamato ofrecerá su espectáculo de percusión Tenmei en los Teatros del Canal el 17 de noviembre, ampliando su participación en el festival, que ya estaba prevista en cuatro localidades en colaboración con la Red de Teatros de la Comunidad de Madrid.
Esta edición del Festival de Otoño rinde homenaje a su primera directora, Pilar de Yzaguirre, quien vuelve a liderar el evento. Totentanz-Morgen ist die Frage y Violencia se suman a una programación que incluye 27 espectáculos, ofreciendo una muestra diversa de la escena internacional, con propuestas desde Canadá hasta Japón, Noruega, Colombia, Australia y Portugal. El festival invita al público a un viaje único por las creaciones artísticas de mayor calidad, explorando el diálogo entre culturas escénicas de Oriente y Occidente.
Marcos Morau, el coreógrafo español de mayor renombre internacional, regresa al Festival de Otoño con Totentanz-Morgen ist die Frage. En colaboración con el Museo Reina Sofía, la obra se presentará el 9 y 10 de noviembre. A través de su compañía La Veronal, fundada en 2005, el Premio Nacional de Danza 2013 evoca la antigua danza de la muerte medieval en un formato contemporáneo.
Para esta creación, Morau ha elegido el Museo Reina Sofía como escenario no convencional, donde la obra tomará forma en tres espacios: uno para la proyección de un vídeo, otro para una instalación y el tercero para una performance. Los espectadores serán parte de una sesión de espiritismo, descrita por el dramaturgo Roberto Fratini como «inquietante pero ridícula».
En esta sesión, los cuerpos parecen hablar desde los umbrales de la muerte, iniciando un viaje que confronta el eterno dilema entre la vida y la muerte. Morau describe la muerte como representada por dos cuerpos inertes y huesudos, que parecen conocer los secretos del más allá, o tal vez son simples títeres congelados bajo el «invierno sin fin de Madre Muerte». A semejanza de las antiguas danzas medievales, estos cuerpos se agitan en un trance de música y baile, culminando en una catarsis.
Cinco siglos después, la danza de la muerte regresa, invitando a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y su desvalorización. Para Morau, la actual incapacidad para comprender y afrontar la muerte refleja el desprecio por los valores de la vida.
En cuanto a Diego Garrido, Violencia (Teatros del Canal, 12 al 15 de noviembre) marca su debut como director teatral. Tras estudiar cine en Los Ángeles en 2018 y 2019, y formarse en derechos humanos, raza y género en Nueva York, Garrido ha elegido la película Mass, de Fran Kranz, como base para su primera obra de teatro. Esta película, que aborda temas como el suicidio y la salud mental, le impactó profundamente, llevándolo a contactar con Kranz para obtener los derechos de adaptación teatral.
La obra presenta a los padres de un joven fallecido en un tiroteo escolar, quienes se encuentran seis años después con los padres del autor del tiroteo, que se suicidó tras la tragedia. En este encuentro, ambos matrimonios enfrentan el duelo y buscan respuestas, expresando culpa, ira, dolor y finalmente, perdón.
Para Garrido, lo esencial de Violencia es la crítica a un sistema que afecta gravemente la salud mental de los jóvenes, alimentado por discursos de odio en redes sociales y el acceso fácil a las armas. La obra plantea que, más allá de buscar culpables individuales, el problema es estructural.
Por otro lado, el grupo japonés Yamato, con su espectáculo Tenmei, presentará una muestra de la tradición de percusión con 40 tambores taiko, buscando una conexión profunda con el público. Los integrantes del grupo afirman que, a través de su percusión, buscan transmitir el latido del corazón y la esencia sonora de todos los seres vivos.